martes, 28 de junio de 2011

Aniversario
















El tiempo vuela. Corre. El tiempo pasa casi sin enterarnos. Y ya ha pasado un año desde que nos encontramos con Lorenzo. Tal día como hoy, 28 de junio, esperábamos en una salita del orfanato de Tianjin con otra pareja italiana a nuestros hijos. El pequeñin que adoptaban los italianos lloraba desconsolado. Lorenzo entro serio, con su camiseta de tirantes y pantalón a juego, como si fuese un mini jugador de baloncesto de la liga americana. Le sobraba por todas partes. Los calcetines con sandalias y su carita chinita nos devolvían a lo que estaba pasando. No estábamos en USA a punto de presenciar un partido de alevines, sino en China, "dando a luz"a un niño de 4 años. Vino cargado con las fotos que le enviamos, el osito panda y una muda nueva. Ahora nos cuenta, que cuando nos vió, pensó que eramos de color gris. Luna no. Luna normal, pero nosotros eramos grises. No soltó una lágrima, pese a que dos seres de semejante color pretendían llevarlo a la otra punta del mundo, y el lo sabía. Tal vez era la primera vez que veía occidentales en carne y hueso. Le enseñamos un juego de tirar aros a un soporte, y le encantó. Hoy le sigue gustando. Ahora vemos las fotos y notamos su seriedad primera, que luego se convirtió en cachondeo y supervivencia. Lorenzo es tremendamente fuerte. Tiene una autoestima a prueba de bombas y más vale así, porque seguro que se la pondrán a prueba. Es agotador. Es muy inteligente. Es muy chulico. Tiene un corazón de oro. Lo miraba esta mañana desayunando y pensaba, "tengo mi familia completa"..y también pensaba..."joé lo que me queda por luchar". Equilibrar el binomio Luna-Lorenzo no es fácil, conciliar (¿quién invento la palabrita?) es difícil, encontrar un momento de tranquilidad, casi imposible. Todo gira alrededor de Luna y Lorenzo...todo gira alrededor de la luna y el sol.

En fin, que ando nostálgica de aquellos intensos días en China, de los buenos ratos que pasamos, de lo fácil que nos lo puso, de lo bien que se portó Luna. Volveremos, por supuesto, pero ya no será igual. Aquel momento fue único, como el del encuentro con Luna. Irrepetibles y tremendamente hermosos.

Os he puesto la primera foto que vimos de Lorenzo, la foto de su patología. Con buen criterio, en Pasaje Verde, lo primero que ves es el problema de tu hijo, si es físico, junto al informe médico. Nada más. Y en 48 horas decides si pa ti pa siempre o hay alguna razón que te lleva a rechazar la asignación. No había ninguna. La edad nos asustaba, pero ya veis, no ha podido salir mejor la cosa. Luego nos enviaron otras fotos, la que todos vistéis es la del perro y pose jotera. Yo lo vi y resoplé, rogando que no fuera como parecía que era en la foto: tremendo. Pues no. La foto no mentía ni un poco pequeño.

Tenemos un Lorenzo maquineta que habla bastante bien el español, con unas notas estupendas en un solo año de escolarización, que come, se viste, recoge, se ducha, etc. solo, come como una lima, coqueto, divertido y que tiene la cabeza dura como si sus genes fueran purititamente aragoneses.

Lucas, papá...querido Dios, gracias. Espero que la salud nos acompañe para continuar en el duro y apasionante trabajo de ser papá y mamá.

Besitos para toas-toos

Mariajo (esa madre)