viernes, 27 de mayo de 2011

Gonzalo Min

Los padres que adoptamos niños con necesidades especiales, asumimos un riesgo. Creemos que es un riesgo controlado, porque señalamos qué necesidades especiales estamos dispuestos a asumir. Pero no es verdad. Lo malo de estar vivo, es que te puedes morir. Lo malo de asumir que tu hijo tiene "algo" es que puede ser más de lo que pone en el informe.
Gonzalo Min era un niño precioso, que vino a España hará un año, con una cardiopatía severa: una tetralogía de Fallot....que resultó ser algo mucho más grave. Nada más llegar, los cardiólogos advirtieron a la familia que era inoperable, y sólo un transplante podría salvarlo. No es que el informe mintiera, es que, con toda probabilidad, los aparatos y ecógrafos con los que cuentan en China, no son los que hay aquí, y erraron el diagnóstico. Eso les indico el cardiólogo que les visitó. El corazón no llegó. Y Gonzalo Min falleció ayer.
No conozco a Rosa y Arturo, sus padres. Sólo he leido su historia en el foro Hilo Verde, pero me hago una perfecta idea de cómo están ahora mismo. Rosa escribía en su blog, entre la pena absolutamente desgarradora de perder un hijo y la alegría de haberle ofrecido un año de felicidad, y de haberlo tenido y disfrutado. Asumieron un riesgo muy alto, y pese a todo, afirma que valió la pena. Supongo que tienes que haber pasado por algo similar para llegar a entenderla, y claro, yo la entiendo perfectamente. Por supuesto que valió la pena.
Desde aquí mi pequeño homenaje a esos padres que son capaces de asumir patologías de partida graves, que son capaces de luchar y buscar el milagro y que son capaces de asumir la pérdida y aprender de la experiencia. Desde aquí mi homenaje a los niños que sufren enfermedad y limitaciones, y pese a todo son NIÑOS, así, con letras grandes. Ríen, juegan...pese a todo. Nos enseñan lo bello que es vivir.
Mariajo, triste triste triste :-(