martes, 15 de marzo de 2011

El Balcón del Pirineo


Aunque este blog está dedicado a Lorenzo, en realidad se van mezclando las historias de mis hijos, no sólo las de Lorenzo.

Hoy el protagonista es Lucas. Hará 8 años, tuvimos la suerte de poder compartir con nuestros amigos un fin de semana en una casa de turismo rural. Mayores y niños en batallón. Fue la única vez que Lucas estaba lo suficientemente bien como para poder disfrutar con nosotros de ese fin de semana. Visitamos San Juan de la Peña, y en el monasterio nuevo, hay varias sendas que conducen a miradores del Pirineo. Uno de ellos se llama el Balcón del Pirinero, y tiene unas vistas impresionantes. Pasamos un ratito allí viendo el panorama. No se por qué, recuerdo ese momento nítidamente. Supongo que es porque me propuse, tanto cuando murió mi padre, como cuando murió Lucas, recordar siempre los momentos felices vividos con ambos, y cada vez que me ataca un recuerdo malo, lo contrarresto con otro bueno, que los hubo. Con mi padre, millones, lo tengo fácil, con Lucas, no tantos, pero también. El caso es que este fin de semana lo pasamos en Jaca sin niños, con mis cuñaos Cristina y Constancio que siempre son una compañía excelente. El domingo ellos se fueron a esquiar, y Chema y yo volvimos a visitar San Juan de la Peña, y el Balcón del Pirineo. Lloramos en silencio ambos mirando la amplitud de verde y montaña desde el mirador, y recordando el momento precioso que pasamos allí con Lucas. Se me entremezclaba la tristeza y la alegría, la de no tener a mis tres hijetes conmigo y la de tener los dos que si están y mueven mi vida. Me sobrecogía la inmensidad del paisaje, la sensación de eternidad, la señal que me enviaba mi niño angel de que está con nosotros. LLoraba y sonreía a la vez, con mi mano en la de Chema, mi compañero de vida, el mejor posible.

Mis hijos llaman a Lucas "el hermanito del cielo" y está tan presente y con tal naturalidad que cuando el verano pasado a Luna se le escapó un globo, en lugar de llorar dijo "bueno, para Lucas, ya lo cogerá el". "Seguro que si" le contesté. Y estoy convencida de que así fue.

Toca foto de Lucas, claro que si.

Un beso

Mariajo

domingo, 6 de marzo de 2011

hospital, carnaval...




Pensando en el disfraz de Lorenzo, que quería ir de araña, nos sorprendieron unas paperas, que finalmente no eran paperas sino un adenoflemón, que nos llevó de vacaciones todo incluido al hospital San Jorge durante 9 días. El pobrón de Lorenzo mantuvo el tipo en casa durante 8 días a base de Dalsy, porque las paperas las produce un virus, y para eso el antibiótico no sirve. Pero no. No eran paperas. Así que para cuando el bulto de la cara se le puso rojo y caliente, no había más remedio que meterle en vena el antibiótico, y claro, eso de irse con la vía puesta a casa, pos como que no. Ya ha pasado, pero fue duro. Mantenerlo ocupado todo el día sin salir de una habitación, tela marinera. Le pincharon dos veces en el bulto (la que lío el pobre...), nos dijeron que podría ser indicativo de otras enfermedades más serias (pensar en una que empieza por leu y termina en cemia y en otra que empieza por linfo y termina por ma), amos, que en 9 días nos cundió. Yo pensaba "no podemos tener tan mala suerte", porque sólo por probabilidad, si se hubiese confirmado un diagnóstico así, rompíamos con las estadísticas. Parece que sólo ha quedado en susto, aunque mañana tenemos revisión y supongo que tendremos algún dato del pus o lo que sea, que le sacaron en las dos punciones que le hicieron.


Finalmente, pudimos celebrar el carnaval, eso sí, hubo que sacar del baúl los disfraces de otros años y comprarle uno a Luna a toda prisa (de princesa de época, of course) y aprovechar el de spiderman que le regalaron unos buenos amigos nada más llegar a España. El viernes 4, cumpleaños de Chema, nos daban el alta, el sábado 5 era carnaval. Se lo pasó pipa, hubo suerte y el tiempo acompañó con una tarde sin frío. No perdió ripio de la cabalgata y aún me taladra en el oido el incesante "y eso qué es" que no paraba de salir de su boca. Luna bailaba con su disfraz, se pinto los labios y se puso unos zapatos de verano, los que quiso, faltaría más...en carnaval todo está permitido.


Os pongo una foto de carnaval y otra de hoy mismo, con Lorenzo y su tirita que protege la zona de los pinchazos.


A cuidarse....y cuidado , que virus y bacterias malas acechan¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡


Mariajo