sábado, 10 de julio de 2010

Maletas y suspiros


Entre ambas cosas ando…las maletas ya están hechas, y los suspiros…también. Hoy ha amanecido lluvioso, así que la visita al barrio antiguo de Pekín se nos ha ido al traste. A cambio nos han vuelto a llevar al mercado de las imitaciones. Últimas compras, y al hotel, que quedaba tajo. Meter todo en la maleta tiene su mérito, pero lo hemos conseguido, incluso vamos un poco holgados. Una vez logrado semejante hito, al súper a comprar cena y a dar una última vuelta por los alrededores del hotel. Y claro, suspiro va, suspiro viene…no podemos dejar de pensar que tardaremos muchos años en volver y que la prueba dura para Lorenzo viene ahora. Le hemos pedido a Elena, nuestra guía, que le explique que se viene para España y que somos sus padres para siempre. El tío durillo parecía estar más interesado en una galleta que en lo que le decíamos, pero yo creo que es una cuestión de carácter. El chuletilla que le resbala todo, pero arañas un poquito con la uña y sale un sensibleras de tomo y lomo. Por la tarde, en el paseo, ha pedido que lo llevara aupa…y me daba abracitos, lo de los besos cuesta un poco más, pero todo se andará. Esta mañana ha amanecido otra vez con fiebre, pero tras un chute de apiretal ha vuelto en su ser (saltar, tocar todo, chinchar a su hermana,,). Ahora mismo, antes de acostarle no tenía. De todas formas ya tenemos hora el 13 en el pediatra.
Llegamos a Madrid a las 20.25 del domingo, así que pitando para el hotel para ver por lo menos el segundo tiempo de la final futbolera. Al día siguiente cogemos el AVE para Zaragoza a las 15 horas. Alargamos el rato de sueño en el hotel, comemos tranquilos y llegamos descansados. En principio la idea era coger un bus en Zaragoza para llegar a la intermodal de Huesca, pero Angel Luis, amigo, papá adoptivo y dueño de una Lancia Phedra con dos sillitas de niño (sus hijetes), se ha ofrecido hoy mismo a venir a buscarnos a Zaragoza, y bueno….¿cómo decir que no? Así que el comité de bienvenida tendrá que desplazarse a nuestra casa. Nos encantará veros por ahí, así mientras esperáis, los críos que jueguen en los columpios. Llegaremos sobre las 18.30 y si hubiese retraso, que no creo, os mandamos el consiguiente sms.
Tenemos muchas ganas de volver a casa, de veros a todos, de charrar y contaros mil cosas más de las que están en este blog. Al fin y al cabo, creemos en el hilo rojo que, según los chinos, une a aquellos destinados a encontrarse. Un hilo que no tiene que ver con la biología, que está tejido por los cariños, la empatía y los buenos sentimientos. Un hilo que nos une con todos aquellos que de una u otra manera os habéis preocupado e interesado por nuestra historia, que llorasteis con nosotros la pérdida de Lucas, que os ilusionasteis con nosotros con la llegada de Luna, y que habéis compartido de nuevo la ilusión y los miedos que nos acompañaron al aceptar la adopción de un niño con labio leporino y cuatro años de edad.
Espero seguir escribiendo en el blog sobre la evolución de Lorenzo y de Luna, no creo que sea a diario, pero os iré contando qué nos dicen de su patología, si le gusta la piscina, la celebración de su Santo, su primer día de cole…y todo eso compartido con su hermana, que se va a curtir a base de bien con semejante bestia parda al lado. Probablemente, el destino les reservaba ser hermanos…probablemente mis ángeles han ido tejiendo el hilo rojo que une a mis hijos…y acordaros…ese hilo puede enredarse y tensarse, pero nunca romperse.
Un beso melancólico pero feliz.
Los Usieto-Barlés.