martes, 6 de julio de 2010

Erase una vez una emperatriz….


Que reinó en China durante 48 años medio disimuladamente tras el emperador, primero su hijo, que murió con 19 años y luego su sobrino, que llegó al trono con 6 años…Vamos, que hizo la tía lo que le vino en gana y se construyó un palacio de verano con lago incluido que ríete tu de los ricachones de Marbella. Para que no le diese el sol mientras paseaba, se hizo construir un techado que recorre gran parte del palacio, con pinturas en el techo, travesaños y que no se repiten en todo el recorrido. Ese gusto por la piel blanca sigue hoy en día, por eso las mujeres llevan paraguas en verano aunque no llueva, sombreros de ala ancha y una especie de toquilla ligera agarrada a los puños. Nuestra guía va a todos lados con su paraguas plegable. Y media Europa criando melanomas por la moda contraria…en fin, el mundo del revés.
Nuestro pequeño dragón se lo ha pasado pipa en el paseo en barco por el lago, y el resto de los críos lo mismo. Mañana tenemos día libre, así que será día de compras. Todo un reto ir al mercado de las imitaciones con Lu y Lorenzo, si salimos vivos os lo contamos con pelos y señales.
Aunque la visita al Palacio de Verano tras dejar papeles en el consulado ha sido muy interesante, no me alargo más y prefiero contaros que nuestro dragón de Tianjin empieza a mostrarse como un niño de 4 años que acaba de perder a la familia que conocía. La noche pasada al poco de dormir empezó a llorar muy muy flojito, más que llorar era un quejido, de esos que notas que salen del alma…y con el quejido un “mamma, mamma”. Evidentemente no me llamaba a mí, sino a su madre de acogida. Y en ese silencio de la noche, se te parte el corazón en mil pedazos porque sabes que poco puedes hacer para calmar su angustia. Lo cogí en brazos y le hablé bajito, su padre hizo lo propio, y finalmente la canción del barquito de papel logró la calma. Abrió los ojillos y me miró, se acomodó un poco, y miró hacia la pared…no era yo el rostro que él esperaba ver. Al poquito, pidió ir a su cama. Se quedó dormido rápido, pero toda la noche ha sido un quejido. Dormido, pero soñando la añoranza de su madre. Y yo sin pegar ojo. Es difícil encajar que no puedes explicarle que nosotros no somos temporales, que con nosotros se quedará para siempre, que entiendo su pena pero que esté tranquilo, que poco a poco pasará.
Por la mañana estaba más cansado que de costumbre, pero ha llevado el día bien, a ver qué pasa esta noche. Ahora que los hemos acostado, me ha llamado la atención que me ha cogido de la mano mientras cantaba. Es la primera vez que lo hace. Queda mucho por pasar, pero tengo que reconocer que es un superviviente nato, se adapta al entorno que le toca vivir como un camaleón. Para adaptarse imita en todo a Luna, lo que empieza a ser peligroso porque Luna está en pleno subidón de celos. Salimos a 1,85 rabietas diarias. Que si le he dicho cariño y a ella no, que si le he dado la mano primero, que ella no necesita un hermano chino…en fin, la irracionalidad de los celos, ni más ni menos. Nos reímos con las otras familias porque a todas las niñas les está pasando lo mismo…la de 5 años reclamó ayer un biberón como el de su hermano y en la sillita de paseo va más ella que el pequeño con 26 meses, la que va a cumplir 4 en un par de días está seria como un mazo, ignora a su hermano como si fuera un mueble. Luna es que no lo puede ignorar porque lo tiene pegado las 24 horas del día en pleno movimiento y de vez en cuando hay un tirón de pelos o un empujón…a lo que Luna contesta con otro empujón o con un arañazo. Ciertamente es una prueba para los dos, tanto para Luna como para Lorenzo. Y los árbitros…hacemos lo que podemos. Si jugáramos ya en casa…mejor, pero para eso queda poco.
Un besico naranja para todos
Mariajo