miércoles, 21 de julio de 2010

Luna y su edad

Hoy escribo dos entradas, pero es que esta segunda tiene su miga. Al acostar a Lu, me ha dicho que le cuente el cuento de su edad. ¿De tu edad?, ¿qué cuento es ese?..."el del hilo rojo que no se rompe" me contesta. Y me pregunta seguido "¿el hilo no se rompe si le cae una casa encima?, "no, no se rompe", ¿y si lo chafa la casa?, "no, imposible" le digo yo....¿y si....? NO, NO SE ROMPE, insisto. Así que depués de múltiples pruebas, el hilo rojo no se rompe y casi la tengo convencida. Luego viene el cuento del señor Wu, y ahí Luna escucha en silencio:
"El señor y la señora Wu vivían en la lejana china. Querían tener hijos de su tripa pero no podían, así que estaban tristes. Un día el Sr. Wu paseaba por un parque y vio un hombre de larga barba blanca con un libro enorme y una gran bolsa. Se acercó para preguntarle si podía ayudarle con tanto peso y el hombre le dijo que no, que debía llevarla él porque ambas cosas eran de gran importancia. Le explicó que el libro contenía los nombres de los padres adoptivos y de sus hijos, y que él debia unirlos con un hilo rojo invisible que llevaba en su gran mochila. Un hilo que podía tensarse o enredarse, pero nunca romperse. El Sr. Wu le pidió que mirara en el libro si su nombre y el de su esposa estaban unidos a un niño, y el hombre le dijo que si. Y efectivamente, al poco tiempo, los Wu adoptaron un niño que les trajo gran alegría. Tan contenta estaba la Sr. Wu que fue al bosque a darle las gracias al hombre de la barba blanca y cuando lo encontró, le pidió un gran favor. Los años hacían pesada la carga de emparejar e hilar padres e hijos adoptivos, así que le pidió a la Sr. Wu que lo hiciese ella, y aceptó encantada. La Sra. Wu fundó el CCAA (Centro Chino de Adopciones) y desde entonces es éste centro el que se ocupa de la difícil labor de emparejar papás de todos los lugares del mundo con niños chinos como tu. Ese hilo rojo es el que nos une a ti y a Lorenzo con papá y mamá"
y me pregunta: entonces...¿yo no tengo edad?...."claro que si Lu, tienes 4 años?....y contesta:" ¿yo nací de una tripa?, "si cariño, de una tripa, como todo el mundo". Silencio.
"Ahora dile a papá que venga con la canción del barquito".
Y después del beso de buenas noches, la dejo cavilando, uniendo cabos, o desuniendo...vete a saber, pero me llena de ternura su inocencia y el que se haga preguntas siendo tan pequeña.
Es una gran aventura ser madre. Y un poco más si se es madre adoptiva. Qué gran oportunidad me ha brindado la vida, de verdad, qué gran oportunidad.
Besicos naranjas.